martes, 20 de enero de 2009

Cataratas de Iguazú





















































Si pensaba que ya había visto lo mejor en sud américa estaba del todo equivocado. Las cataratas de Iguazú entran el el top de las maravillas que he visto en mi viaje, acompañadas por el Machupichu y el salar de uyuni.




Ha sido el lugar que he sentido un mayor impacto al verlo. Supongo que tiene que ver la forma en que te lo presentan. Tu entras en el parque coges un trenecito electrico que te lleva durante 10 minutos y te deja al comienzo de las pasarelas, estas te permiten cruzar los rios por encima, estos cada vez se van haciendo más y más grandes. Pero te extraña no oir nada, esta todo tranquilo. Vas avanzando por encima de las aguas, con cierto nerviosismo. Pasas a otra pasarela y detrás de la vegetación se ve como una gran humareda que en realidad es el agua que sube hacia el cielo en las cataratas, ya estas cerca , pero que raro no se escucha el sonido de las aguas, sigues caminando y ya puedes ver el mirador de la garganta del diablo y detrás parte de las grandes cataratas. Ahora si que escuchas como caen las aguas pero no tan fuerte como te lo esperas. Llegas al mirador y esta repleto de gente, voy buscando un huequecito para poder asomarme al balcón. Por fin veo una persona que abandona el lugar y me deja libre un espacio. Cuando llego hasta la barandilla y consigo asomarse lo que tengo ante mi es de tan gran magnitud y belleza que me da por reirme. Es realmente un impacto visual y sonoro, que te sobrepasa a lo que te esperabas, ahora si que escucho y siento claramente el fuerte estruendo que provocan las aguas rabiosas al caer desde esa altura. Por unos momento piensas que es lo más sorprendentemente maravilloso que has visto hasta ahora, miles y miles de litros de agua cayendo furiosamente justo delante de ti. Es sin duda el mejor espectáculo que he tenido la suerte de disfrutar. La naturaleza se presenta tan grande, tan inmensa con tanta fuerza que te supera, te afecta emocionalmente y das gracias por estar ahí, por vivir y por ese regalo que te hace la madre tierra.




Bueno ahí no queda todo, todavia te esperan un sinfin de pasarelas para poder observar las cataratas casi desde cualquier ángulo a cual más impresionate.


Si alguna vez ha existido el paraiso seguro que se parecía a las cataratas de Iguazú. Pero si de verdad quieres sentir las cataratas de cerca te tienes que subir a una de las potentes lanchas que te llevan literalmente debajo de las cataratas. La gente no se esperaba que la lancha se acercara tanto y lo que al principio empezó como una ligera lluvia de gotas mojandote la cara se convirtió en un verdadero aguacero encima de nosotros, de tal forma que acababas completamente empapado de pies a cabeza, pero con una tremenda sensación de vida mojando tu piel.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yeee Sergio, son les 3 de la matinada¡ Ací estem Raquel i jo mirant eixes precioses catarates¡ vaya tela, maxo, quin viatge, açò ens ho tindrás que contar quant arribes a casa. Cuidat molt.Un abraç.

Victor Portolés i Raqueleta.

Anónimo dijo...

tindrem que ficar-li ja data a un soparet per que d'ací res ja estic en València.
Sergio.