sábado, 28 de marzo de 2009

Fallas'09

























Este año si que he vivido las fallas intensamente. Para el taller de David teníamos que presentar 15 fotos nuevas cada día, cada uno del tema que había decidido hacer, yo escogí meterme en una falla y seguirlos, pero al final la cosa se dirigió más hacia los músicos. Yo me bloqueé el segundo día y ya pasé el resto del taller más perdido que perdido, sin saber a que estaba fotografiando ni porqué. Del resultado no estoy muy contento porque no he conseguido contar ninguna historia, solo son unas cuantas fotos sueltas.



Al final lo que más ilusión me hizo fue hacer de músico, explico, para poder entrar en la plaza de la virgen el dia de la ofrenda era necesario una acreditación que yo por supuesto no tenia. Los músicos, Quino a la cabeza, se las arreglaron para dejarme un instrumento y un blusón fallero y unirme a ellos haciendo como si tocara la caja (tambor), hasta que pasara los controles, estos empezaban al principio de la calle la paz y estuve desde allí hasta la plaza de la virgen, en primera fila de los músicos dándole golpes al tambor , yo intentaba seguir el ritmo sin conseguirlo, eso si , mi expresión era de total naturalidad como si hiciera eso todos los dias de mi vida. Las calles estaban a rebosar de gente aplaudiendo a los músicos cuando pasaban , estos por su parte tocaban cada vez más y más fuerte y yo tenía que seguirlos de alguna manera, intensificaba mis gestos, alzaba más alto mis brazos pero al mismo tiempo, intentaba que mis golpes descompasados no sonaran demasiado para no destrozar la armonia del resto. Estaba totalmente emocionado, metido en el papel, me creía el mejor músico del mundo. Finalmente llegamos a la plaza de la virgen, era como entrar a un plató de televisión gigante, lleno de luces, el público aplaudiendo, la música de fondo, y cámaras por todas partes. QUE GRANDE !!!, entonces yo me coloqué mi tambor a la espalda y empecé a hacer fotos a diestro y siniestro. Los del pinganillo en la oreja se percataron de mi presencia, la verdad es que un tio con un blusón fallero, un tambor a la espalda y haciendo fotos a todo el mundo, llamaba un poco la atención así que decidí resguardarme en una esquinita y fotografiar desde allí. El material fotográfico que conseguí esa noche no fue muy bueno pero la experiencia que viví fué irrepetible.

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